Coincido cien por cien con lo que acaba de poner Pachi. Must read.

Pachilanzas's Blog

Hace unos meses, envié este texto a varios amigos. Decidí no publicarlo en el blog por motivos que se me escapan. Pero a la vista del devenir de los últimos acontecimientos, me da la gana hacerlo ahora.

Es el texto original, algunas referencias temporales están obsoletas, pero prefiero dejarlo así.

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MI CRISIS

 

Vaya por delante que ni soy economista, ni analista financiero, ni nada por el estilo. Así que no puedo ser considerado un “experto” en la acepción común del término. Pero vaya también por delante que he trabajado más de quince años en el sector financiero y en total más de veinte en grandes corporaciones.

 

1.- La situación

 

Estamos en plena crisis económica y eso lo sabe todo el mundo. Y cómo se han solucionado las crisis en todas las épocas de la historia? Efectivamente, con guerras. Y eso es exactamente lo que está sucediendo…

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El capitalclientelismo

El capitalismo se supone que es la concentración de capitales en un libre mercado en el que oferentes y demandantes están en igualdad de condiciones, así como de libre entrada y salida del mismo, dentro de un marco legal que garantice la igualdad de oferentes y demandantes. El capitalismo con esa definición es bueno: está en el alma del ser humano comerciar. A nadie de forma natural se le ocurre la existencia de un estado como un enorme distribuidor de todo lo que existe. Pero el mercado, a veces, no es capaz de ofrecer todo lo que los clientes demandan. Yo siempre me he definido como liberal porque creo en el libre mercado, la libre competencia, la circulación de capitales, personas y bienes, la igualdad de oportunidades y el bien común. Pero de un tiempo a esta parte ha surgido un nuevo tipo de «capitalismo» al que me atrevo a denominar de la siguiente forma: capitalclientelismo.

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Por qué las campañas antitabaco no funcionan

Aproximadamente un 30% de la población española lleva a cabo diariamente el mismo ritual: introduce dos monedas en una máquina expendedora de tabaco, selecciona su marca favorita de cigarrillos, coge su paquete, desenvuelve el plástico superior, rompe el envoltorio plateado de la parte de arriba, saca el cigarrillo que más gordo le caiga, lo sujeta entre los labios, y aspirando suavemente, lo enciende con un mechero eléctrico, de piedra, de gasolina o con cerillas.

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